Carta de Juan para Juan...(carta de un hombre a si mismo)

Juan, “querido amigo”... partiendo de esta dura realidad en la que hoy la humanidad esta inmersa he decidido escribirte (escribirme) esta carta.
Es probable, que si las cosas en este mundo no cambian en un futuro, te sientas cansado y desilusionado; que vaya de a poco dejándote de generar impotencia y bronca que las cosas sigan igual y que la gente se conforme simplemente con sobrevivir... es probable también que comiences con el tiempo a sentirte como aquel hombre en el que nunca creías que ibas a convertirte.
Si eso llegara a pasar, recuerda lo que una vez creíste acerca del destino: que la historia no esta escrita, que la suerte no esta echada, que el hombre al elegir los pasos para dar en esta vida va construyendo su futuro; que cada uno de nosotros es artífice y arquitecto de si mismo; que un mañana diferente siempre es posible si se trabaja por eso…y por sobre todas las cosas recuerda que vos vivías en consonancia con esas ideas.

No puedo permitir que, después de una vida de lucha, el bajar los brazos sea una opción. Seguramente muchas veces a lo largo del camino pierdas el rumbo y te sientas desorientado, pero eso, por favor, no puede hacerte abandonar el viaje. Aun nos queda mucho por recorrer..
Las verdaderas revoluciones son largos procesos que requieren de mucho tiempo y esfuerzos compartidos, tenelo siempre presente.

Quiero que el mañana, querido Juan aun “nos” encuentre siendo personas íntegras, con las fuerzas y la memoria intactas para seguir haciendo del mundo un lugar mejor empezando por casa. Es imprescindible que sigas mostrando a la gente lo necesario de dejar de creer que el hombre es malo por naturaleza porque vos mas que nadie, sabes que es muy simplista y dañino el pensar así: “el hombre es malo por naturaleza, por eso las guerras, las masacres, las mentiras, la inseguridad y todos los males de este mundo no van a desaparecer. Lo máximo que puede hacerse es controlarlos...”
Quiero que el mañana, querido Juan, aun “nos” encuentre de pie. Luchando a la par del compañero, marchando incansablemente hacia la libertad. Dando una mano al necesitado. Educando con el ejemplo y no solo con la palabra.
Deseo profundamente, querido Juan, que en el mañana sigas soñando con un mundo repleto de gente incorruptible, que no se cegue por el poder y no se venda al mejor postor, que entienda que el hombre es el fin último y no un medio para cumplir los fines del estado.
Deseo profundamente también, que el mañana, “nos” reciba en paz. Que por fin el hombre entienda que “matar a una persona por un ideal no es matar por un ideal, sino matar a una persona”...que por fin se conciba al otro como hermano y a la humanidad como una gran fraternidad.

Quiero que el mañana, querido Juan, “nos” encuentre de una vez por todas en armonía con la naturaleza, para que haya muchos mañanas más. No quiero encontrarme otra vez con el hombre ignorante y malicioso que somos hoy, que se ve a si mismo como el dueño del planeta…recuerda que eso te causaba mucho dolor.
Quiero que en el mañana, querido Juan, sigas reclamando para que todos tengamos las mismas oportunidades. Basta de sistemas excluyentes que no permiten el pleno desarrollo del individuo. Todos somos iguales loco!, no podes olvidarte de eso. No hay motivos para que unos pocos tengan mucho y muchos tan poco...
Quiero que el mañana, querido Juan, se transforme en el reino del hombre justo. Que la impunidad deje de ser una realidad para pasar a ser sólo un mal recuerdo y que la justicia, que hoy es ciega, sorda y oportunista empiece a ser independiente y verdadera. Al servicio del ser humano y no de los poderes de turno.
Quiero que el mañana, querido Juan, este libre de fundamentalismos de todo tipo que tanto mal le han traído al mundo entero. Que el pluralismo sea la bandera que todos enarbolemos en la batalla contra el odio y la intolerancia.
Quiero que el mañana, querido Juan, “nos” devuelva otra mirada del ayer. Que cuando hagamos una revisión de nuestro pasado, sintamos que estamos construyendo un nuevo mundo y no simplemente remendando lo que antes estaba mal.

...Quiero que el mañana, querido Juan, te sorprenda gratamente. Que en unos años, cuando leas esta carta, descubras que por fin te convertiste en el hombre que siempre quisiste ser y que estas viviendo en el mundo que siempre soñaste tener...
Por que no tranzaste, porque no mentiste, porque aprendiste a tiempo de tus errores,
porque ayudaste, porque comprendiste, porque remediaste, porque no heriste, porque te comprometiste, porque no callaste...

...Recién ahí voy a saber que mi vida tuvo sentido, y que mi paso por el mundo sirvió para algo.